Como la música ayudar a construir valores sociales positivos
Los beneficios de la música son innumerables: mejora la atención y el aprendizaje, incrementa la capacidad para memorizar, mejora la coordinación, ayuda a aliviar el estrés, facilita la conciliación del sueño, eleva el ánimo… Pero también es una gran herramienta para trabajar la convivencia, interculturalidad y la educación en valores en niños y niñas.
Los beneficios y atributos de la música en la educación en valores son conocidos desde la antigüedad. Platón y Aristóteles, a través de la Teoría del Ethos que estudiaba el estado anímico de las personas, atribuía a la música un papel determinante en la formación del carácter de las personas ya que podía fortalecer o debilitar su voluntad, estimularle y condicionar sus acciones y conductas.
Y es que, a través de la música se puede llegar a desarrollar la inteligencia emocional, fomentar la sociabilidad, la tolerancia, la empatía o el trabajo en equipo. También es útil para crear nexos sociales, reforzar el respeto y fortalecer su autoestima.
Y todo este aprendizaje e influencia ocurre sin que seamos conscientes de ello, debido a que conecta directamente con las emociones, procesándose directamente la parte del cerebro en la que se registran las sensaciones y los sentimientos.
Pero, ¿cómo se puede trabajar la música en la transmisión de valores?
A continuación, compartimos una buena gama de razones y beneficios por las cuales la música es tan recomendada a cualquier edad con fines sociales:
1. La música es una herramienta poderosa para ayudar a los niños y adolescentes a socializar mejor, ya que les brinda la oportunidad de conectarse con otros por el solo hecho de crear y disfrutar música juntos.
2. La participación en actividades musicales, como clases de instrumentos, coros o bandas, fomenta la colaboración y el trabajo en equipo, lo que ayuda a los jóvenes a desarrollar habilidades sociales y a aprender a trabajar con otros para lograr un objetivo común, sin importar el nivel de protagonismo de cada instrumento o del intérprete.
3. La música también puede actuar como un medio para expresar emociones y sentimientos, lo que puede ayudar a los niños y adolescentes con más dificultades en este sentido para comunicarse de manera más efectiva con sus pares.
4. La música proporciona un lenguaje común que trasciende las barreras lingüísticas y culturales, lo que facilita la interacción entre niños y adolescentes de diferentes orígenes y experiencias.
5. Participar en actividades musicales puede ayudar a los jóvenes a desarrollar la confianza en sí mismos y en sus habilidades, lo que a su vez puede mejorar su capacidad para relacionarse con otros de manera positiva.
6. La música también puede servir como un punto de conexión para los jóvenes que comparten intereses similares, lo que les brinda la oportunidad de conocer a otros con quienes pueden establecer amistades duraderas y generar lazos difíciles de quebrantar.
7. La participación en actividades musicales puede también fomentar un sentido de pertenencia a un grupo o comunidad, lo que puede ser especialmente beneficioso para los niños y adolescentes que pueden sentirse marginados o solos y en constante búsqueda.
8. La música puede actuar como un catalizador para la creatividad y la expresión personal, lo que puede ayudar a los jóvenes a desarrollar una identidad propia y a encontrar su lugar en el mundo.
9. La música en grupo, como tocar en una banda o cantar en un coro, puede estimular la empatía y la comprensión de los demás, ya que los jóvenes aprenden a escuchar y a responder a las contribuciones de sus compañeros.
En resumen, la música es una herramienta invaluable para ayudar a los niños y adolescentes a expandir y profundizar su contacto social, ya que les brinda la oportunidad de conectarse con otros, expresar emociones, desarrollar habilidades sociales específicas, encontrar un sentido de pertenencia y